La LCR y el PST lucharon duramente en los años de la llamada Transición por la organización y movilización de los trabajadores y los estudiantes, y sufrieron la feroz represión desencadenada por el régimen contra estos sectores. Queremos rendir homenaje a dos militantes que fueron asesinados por su compromiso: Germán en 1978 y Yolanda en 1980.

Germán Rodríguez, militante de LCR, tenía 27 años cuando fue asesinado de un disparo en la frente el segundo día de los sanfermines de 1978, a manos de la Policía. Ese día, como respuesta ante un proceso de amnistía en curso muy parcial y limitado, un grupo de personas desplegó una pancarta en la plaza de toros, a lo que respondió la Policía con material antidisturbios y fuego real. Los enfrentamientos se extendieron por toda la ciudad, duraron hasta la madrugada y se saldaron con once heridos de bala y 150 con diferentes lesiones. A Germán le dispararon aproximadamente una hora después de iniciarse el enfrentamiento en la plaza y, aunque lo trasladaron al hospital, no pudieron salvarle la vida.

Yolanda González, bilbaína de 19 años, estudiaba y trabajaba en Madrid. Militaba en el PST y era dirigente del movimiento estudiantil, por lo que se convirtió en objetivo (como tantos otros luchadores) de la violencia de grupos fascistas, amparados por el Estado, que pretendían sembrar el terror y acabar con la movilización de la generación de jóvenes que se había enfrentado al franquismo. El asesinato de Yolanda especialmente genera rabia por dos motivos: por la brutalidad del crimen, pues la secuestraron, la torturaron y finalmente la asesinaron a tiros en un descampado a las afueras de Madrid, y por la impunidad de sus autores (Hellín Moro, de Fuerza Nueva, y otros miembros de este partido y de la Policía y la Guardia Civil), que siguieron gozando del favor de las Fuerzas de Seguridad e instituciones del Estado.

Hoy seguimos recordando a Germán y Yolanda, exigiendo justicia por los crímenes de los que fueron víctimas. Sin duda, nuestro mejor homenaje es continuar la lucha por la que dieron sus vidas, la lucha por la revolución y el socialismo, por la clase trabajadora y la juventud, por los derechos de la mujer, de los oprimidos y de las nacionalidades. Y por la construcción de un partido revolucionario y de una Internacional que pueda llevar adelante esta lucha.