La pandemia está lejos de ser controlada

La crisis del Covid19, está teniendo consecuencias devastadoras, no sólo por la pérdida diaria de vidas humanas, sino en términos económicos y sociales. El virus se extiende cada vez por más países y según datos oficiales (a fecha 16 de Septiembre), hay más de 29,6 millones de casos y 936.000 muertes en todo el mundo. Pero todo indica, que las cifras reales podrían ser mucho mayores. Actualmente, el país más afectado es Estados Unidos, con más de 6,6 millones de infectad@s y al menos 195.000 fallecimientos, seguido de India y muy de cerca Brasil.

En Europa, donde lo peor parecía haber pasado y se había logrado doblegar la famosa curva, se está viviendo «un resurgimiento» de los contagios entre los que España está a la cabeza dentro de la UE.

En pocos días hemos superado la barrera de las 30.000 muertes y los contagios que siguen subiendo desde julio, ya pasaron de largo el medio millón. De nuevo, estos son cifras “oficiales”, pero es evidente que el gobierno está falseando la realidad. Los datos que facilitan las CCAA, superan ya los 44.000 fallecidos/as. Y durante el año 2020, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, que incluye las defunciones por todas las causas, procedentes de 3.929 registros civiles informatizados, que representan el 92% de la población española, da como “exceso de muertes”(diferencia entre la mortalidad esperada según medias históricas y la real) entre el 14 de marzo y el 16 de septiembre, la cifra de 44.701 fallecimientos.

Este aumento en la notificación de personas infectadas, también depende del volumen de pruebas realizadas en cada país y por eso hay que interpretar las cifras que podrían ser incluso mayores, con «cautela». En todo caso, aunque en nuestro país se hacen más test ahora que al principio de la pandemia, el número sigue siendo mucho menor de lo que haría falta.

La realidad es que en contra de lo que dicen los gobiernos, la pandemia sigue extendiéndose y está muy lejos de ser controlada en ningún lugar del mundo, al igual que la recesión económica que está trayendo consigo.

Convivir con la Pandemia se ha naturalizado

Después de un confinamiento que fue parcial y tardío, la desescalada a partir del 2 de Mayo para entrar en lo que llamaron la “nueva normalidad”, vino dirigida por la presión de la gran burguesía por abrir todo y reactivar la economía cuanto antes. Aunque no se tenga vacuna y no se sepa siquiera si quien ha superado el virus queda inmunizado. Pero llegaba el verano y había que abrir los negocios y las fronteras al turismo, al precio que fuera.

En ese contexto, las mascarillas aunque por sí solas no son suficientes contra los contagios, se han convertido en una forma de legitimación del fin de las cuarentenas. Porque aún cuando son necesarias, se utilizan para tapar (nunca mejor dicho), todas las carencias, negligencias y faltas de recursos que hasta ahora han conducido a este desastre sanitario de contagios y muertes. Incluso con las muertes, la pandemia se va naturalizando y somos incitados a seguir consumiendo y obligados/as ir al trabajo, si se tiene “la suerte” de tener uno.

La nueva normalidad es que siga habiendo contagios y muertes por la pandemia. Que miles sigan perdiendo su empleo o estén en un ERTE eterno y vean ante ell@s un futuro incierto. Es que muchas personas se vean obligadas a elegir entre contagiarse por el virus o no tener un plato que comer.

¿Por qué se producen los rebrotes?

Los epidemiólogos europeos razonan que tras doblegar la curva, se han ido relajando las medidas de distanciamiento físico «más estrictas» y muchos de los brotes en España, que se multiplican a diario, se asocian a «actividades al aire libre» y en particular, a aquellas en las que «participan jóvenes en “ocio nocturno». Unas actividades y un ocio, que gobiernos y patronal, promovieron de forma irresponsable.

Con su discurso y algunas de las campañas “de concienciación” que están llevando a cabo, básicamente lo que quieren es poner el foco en la responsabilidad individual y con ello terminan culpabilizando de los rebrotes a la ciudadanía, y muy especialmente a la juventud: “porque no se pone las mascarillas, no guarda las distancias….”

Mientras, se oculta la responsabilidad de los contagios entre los temporeros, en residencias, o en los centros de trabajo, y tampoco explican cómo es posible que el personal sanitario se siga contagiando.

Los rebrotes han llevado a tomar medidas en todas las comunidades. Medidas como el cierre de discotecas y salas de baile, límites horarios en bares, terrazas y restaurantes, el respeto obligado a la separación de un metro y medio entre mesas con un máximo de diez personas en ellas, la prohibición del ‘botellón’ y confinamientos selectivos y temporales en algunos municipios y barrios.

Todas estas medidas, además de perjudicar sobre todo a los pequeños negocios, muchos de los cuales irán a la ruina, son completamente insuficientes. El gobierno lo que ha hecho básicamente durante el verano, es pasar la responsabilidad de tomar medidas a las CCAA y hacer la vista gorda aun sabiendo que no se estaban haciendo las cosas bien. Los 9.000.000 millones del fondo de reconstrucción para la sanidad que se han transferido a las CCAA y esas tímidas medidas acordadas, están a años luz de lo que verdaderamente se necesita, y no son sino un lavado de cara para que parezca que están haciendo algo. Y ya no vale agarrarse al factor sorpresa, porque el riesgo de rebrotes se sabía. Tampoco a unos recortes de la sanidad de gobiernos anteriores que son reales y siguen pesando. Pero que con más razón, este gobierno tenía y tiene la responsabilidad de combatir.

Preocupa que el aumento de casos trae un incremento sostenido de hospitalizaciones con el riesgo de colapsar las urgencias y UCIS, con un personal muy cansado y psicológicamente tocado aún. Preocupa que este aumento exponencial de casos obliga a un mayor seguimiento y como afirman los expertos, el sistema sanitario tiene “capacidad de diagnóstico», pero ha perdido «la capacidad del rastreo y seguimiento de los contactos». Las plantillas están mermadas, cada vez hay más jubilaciones sin personal de relevo, la gente está agotada y hay muchas bajas por Covid19 o por ser contactos».

Preocupa que a las largas listas de espera en la atención especializada a las que nos tienen acostumbradas, se le unan ahora las de la Atención Primaria, que en casi todas partes se está viendo sometida a una presión cada vez mayor, por la falta de medios y de personal.

La situación se torna cada día más grave, sobre todo en Madrid, donde casi un tercio de las camas de hospitales públicos están ya ocupadas por pacientes Covid; más del doble de la media a nivel estatal. En algunos hospitales del sur de Madrid, ya se están cancelando cirugías que estaban programadas.El colapso que ya es real en la Atención Primaria de muchos barrios obreros, tendrá enormes consecuencias en la salud general.

En Madrid precisamente, que acumula el mayor número de contagios, la «gran estrategia» de Ayuso durante el verano, fue primero reclutar voluntarios para la tarea del rastreo y anunciar la construcción de un hospital nuevo sin suficiente personal, que costaría 50 millones de euros. Y cuando vio que la cosa se le iba de las manos, contratar a dedo con dinero público a Quirón Prevención SL, por un importe de 194.223 euros para las labores de rastreo durante tres meses. Pero puestos a improvisar, el gobierno tampoco se queda atrás y a la vuelta de sus vacaciones, no tuvo otra ocurrencia que ofrecer al ejército, para dichas labores de rastreo.

La realidad demuestra que después del Estado de Alarma no se han tomado las medidas necesarias El deterioro de la sanidad pública, que es peor incluso que antes de la pandemia, fue la causa de la huelga protagonizada por los MIR de la Comunidad de Madrid este verano y es la causa de la próxima huelga anunciada por el personal sanitario de la Atención primaria en esa comunidad para el 28 de Septiembre, ante el desborde de tareas que sufren. ¡Todo nuestro apoyo y solidaridad!

Frente a la Covid19 necesitamos medidas estructurales en la sanidad

En realidad la principal preocupación, tanto del gobierno central como de los autonómicos, no es por la vida de la gente, sino que vemos como prioritariamente sigue siendo por mantener los negocios de la gran burguesía, que es la única que ERTES en mano, puede sostenerse durante meses pese a las restricciones de horario y cierres parciales.

Al mismo tiempo, les inquieta el coste político que les pueda suponer una mala gestión, con el escenario de un nuevo colapso de las urgencias o las UCIS en la sanidad pública, que saben muy bien, no está preparada para afrontar un nuevo «tsunami» de casos.

¡Basta de culpabilizar a la gente y especialmente a la juventud o a las personas inmigrantes, del aumento de casos!. ¿Cuántas más muertes y contagios diarios tiene que haber para que nuestros gobernantes actúen y tomen las medidas que son necesarias? ¿Cuánto valen nuestras vidas? 

¡Hacer confinamientos racistas y clasistas para proteger a los barrios ricos, no es la solución! ¡Necesitamos medidas estructurales en la sanidad, que puedan afrontar de forma efectiva la Covid19!

Exigimos:

  • ¡Derogación de la Ley15/97 y expropiación de la sanidad privada!

  • ¡Aumento inmediato del presupuesto para construir nuevos hospitales públicos y unidades de terapia intensiva!

  • ¡Equipamientos de protección de calidad y suficiente para el personal socio-sanitario que se sigue contagiando!

  • ¡Refuerzo de la Atención Primaria con más rastreadores y más personal sanitario, en condiciones laborales estables y con salarios dignos!

  • ¡Mascarillas, geles hidroalcohólicos y las futuras vacunas, gratuitas para toda la población!

  • ¡ Necesitamos test masivos y obligatorios y la intervención estatal de los laboratorios que llevan estas pruebas a cabo. Esto es imprescindible para rastrear y monitorear la pandemia de forma rápida y eficiente!

  • ¡Refuerzo en la Educación, con personal sanitario, más profesorado, más personal de limpieza y habilitación de espacios para una educación segura y educación de calidad para tod@s!

  • ¡Exigimos parar la producción con garantía de salarios, por parte de la empresa, en aquellos centros de trabajo donde haya trabajador@s infectados/as!

  • ¡Cuarentenas con condiciones de vivienda digna e ingresos suficientes para toda la clase trabajadora!